Hola a tod@s, mi nombre es Susana Zafra, después de muchos años dedicada al mundo de los viajes y eventos decido por mi experiencia en viajes de novios, exclusivos y mimados hasta el último detalle, especializarme en el mundo de los BODAS y donde actualmente estoy creando una Boutique de vestidos de novias, con servicio de Wedding Planner integrado llamada SUJHALÚA .  

Ni que decir que mi profesión está siendo muy especial actualmente, vendemos trajes que nada más ponértelos te hacen sentir especial y transformamos espacios en cuentos de hadas. Hacemos casi realidad cualquier imagen que tengan en la cabeza los novios y poco a poco vamos dando forma a LA BODA DE SUS SUEÑOS. Por ello, animar a novios desanimados porque su boda se desmoronaba por el Covid ha sido todo un desafío para ambas partes, pero el amor que se procesaban todos ellos y las ganas de realizar esa “Fiesta del Amor” era tal, que nos adaptamos a los inconvenientes aportando, optimismo, alegría, ideas nuevas y un poco de polvo de hadas extra. 

Lo que me quedó claro de todo esto, es que los novios demostraron QUE EL AMOR LO PUEDE TODO y el 2022 arranca con mucha fuerza, con grandes novedades en el mundo de las bodas. 

Nos reinventamos y os iré informando de todo ello en los próximos meses, ya que, en esta ocasión, me vais a permitir, hablaros de una chica muy especial, que vio los vestidos de novia por sorpresa en la tienda.

Entró junto a mí, la idea era enseñarle la tienda solamente, pero al cruzar la puerta, su expresión cambió, se quedó muda y le empezó a invadir una emoción que no entendía yo del todo, se encaminó a los seis vestidos que estaban colgados, los miraba, se reía, los acariciaba, se ponía cerca de cada uno y me di cuenta de que se imaginaba con ellos puestos. Siguió observando todo lo que la rodeaba, hasta que vio las coronas y diademas en un estante, entonces sus ojos se iluminaron como a una niña que le entregan una muñeca nueva, aquí, sí que noté BRILLANTES SENSACIONES. Las comenzó a mirar una a una y de pronto me pregunta: – Esta corona es de princesa, ¿verdad? como la Ariel, la sirenita.

Me sorprendió su comparación, y le digo, que la verdad, es que sí. Es muy parecida, pero que esa corona se la puede poner cualquier persona sin ser princesa y si se la quería probar podía sin problemas.

Al otro lado de la cama 1

Fue tal su alegría al saber que se la podía poner en su cabeza que empezó con una risa floja y acabamos las dos riéndonos sin saber bien porque, pero lo supe después, al coger un vestido en mis manos y dárselo a ella, me miro y me dice: ¿qué hago yo con este vestido? Jajaja , pues pruébatelo, ¿te gustaría?, le digo, contestándome acto seguido ella , ¿yooooo? Pero yo no puedo porque no me voy a casar; entonces le digo, que hoy, no se iba a casar, pero quizás el día que encontrase novio decidieran hacerlo; pruébatelo va, ¡que te hago una foto después! Le comento. 

Ella así lo hace y cuando sale del probador con el vestido y por supuesto con la coronita, tiene los ojos emocionados y con risa nerviosa, mirándose todo el rato al espejo, dando vueltas sobre sí misma diciendo, madre mía que feliz soy, que guapa estoy, mira qué bonita la corona y el vestido así largo, como me encanta … era emoción pura. Como la veo en su euforia, decido ponerle un velo largo que le haga de cola, este gesto ya fue el remate a su conjunto de la felicidad, no hacía más que decirse a ella misma, QUÉ GUAPA ESTOY.

Al otro lado de la cama 2

En ese momento le volví a decir que quizás el día que tuviera novio decidirían casarse y se podría poner ese o cualquier otro de los vestidos, y aquí es cuando de golpe ella vuelve a una “realidad” y me dice, me gustaría tener novio pero más adelante, todavía soy pequeña (39 años) pero es un poquito difícil porque yo estoy enferma y a mis padres tampoco le gusta eso….

¿Cuál es esa terrible enfermedad, que no la dejaba enamorarse y vestirse de novia entre otras muchas cosas que ella no se veía capacitada para hacer o vivir? Pues era padecer SINDROME DE DOWN, una alteración cromosómica era la culpable de que se perdiera tantas cosas en la vida, que la miraran por la calle, que no encontrara un trabajo, que la impedía entender un reloj,  pero si tenía la capacidad de querer a las personas, de ser feliz, de verse guapa con un vestido y unos tacones cuando los demás solo veían a una Síndrome de Down muy mona, le encanta la moda, desfilar, hacerse fotos, esta chica se llama Desiree Zafra, es mi hermana y la historia de su vida es bonita pero triste, a veces hay ciertas creencias muy injustas y que hacen truncar metas que se podrían conseguir perfectamente. Conozco a una pareja creada por dos personas del mismo Síndrome y se procesan tal cariño y respeto mutuo, que ya quisieran muchas parejas tenerlo.  

Con esto quiero dejar claro, que todos tenemos la capacidad de amar, incluso cuando una persona no tiene su conocimiento 100% lo que más se intensifica es su afecto hacia los demás y el cariño. No hay que cerrar puertas a nadie, solo tenemos que adaptarnos a ellas, estoy convencida que todo el mundo tiene un hueco en la sociedad real, no todos vamos al mismo ritmo ni tenemos la misma capacidad intelectual ya que si así fuera, seriamos robots.

Al otro lado de la cama 3

Mi hermana es preciosa y está perfectamente cualificada para realizar una sesión de fotos o pase de modelos con su 1.65 de estatura si esa es su ilusión.

Quisiera dejaros solo un detalle para que entendáis que no resulta tan fácil la incorporación laboral para ellos , por ejemplo, mi hermana no “puede” ir a buscar trabajo , o poder puede, pero como reaccionarías vosotros si a un anuncio que pusierais  “se precisa Aux. Administrativa” os apareciera una persona con Síndrome de Down, como poco os sorprendería y seguramente no la contrataríais,

Mi hermana para poder desarrollarse en alguna empresa debe ir a través de una asociación o centros especializados, donde estas mismas entidades negocian “prácticas” para que ellos puedan desarrollar un oficio, pero no siempre es fácil.

 Desiree estuvo de prácticas en un centro comercial importante y hubo quejas porque era muy lenta, al final exigían que tuviera el mismo nivel que los demás (sin remunerar) y no era posible puesto que no tenían experiencia y su desarrollo físico no era el mismo. Y yo me pregunto; realmente a nosotros los empresarios, ¿Tanto nos perjudica económicamente, que una persona en vez de colocar 100 latas al día coloque 80?  La respuesta es sencilla. No. No nos perjudica, sin embargo, buscamos perfección, pero la perfección que nos han vendido, no la perfección real de cada persona.

Cierto es, que existen empresas exclusivas para personas con disminución, pero son mínimas para la larga espera que tienen.

Demos oportunidades a los que la tienen muy limitadas, dejemos que demuestren donde son eficientes, ya que si a mí me pedís que os reforme una cocina me será imposible realizarla, pero tengo otros dotes que me hacen ser válidas en otro sector.

Espero que este artículo, como mínimo, os haga ver el otro lado de la cama. 

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