APRENDIENDO A SOLTAR

Control: eso que las personas queremos tener en nuestro día a día o en las distintas situaciones de la vida, tanto personal, como profesionalmente.

El control proviene del ego y nos hace creer que tenemos mayor poder sobre aquello que nos rodea.

En cierta medida, los seres humanos, nos sentimos muy bien manejando este concepto del control, ya que también nos permite avanzar siendo prácticos y eficientes en las distintas tareas a desempeñar.

Según la descripción que podemos encontrar en el buscador google la definición de control es la siguiente: “la palabra control proviene del término francés contrôle y significa comprobación, inspección, fiscalización o intervención.

También puede hacer referencia al dominio, mando y preponderancia, o a la regulación sobre un sistema”.

Sin duda alguna, cualquier persona que piense en este concepto o en la posibilidad de llevar el control sobre algún tema le seduce y en cierta manera aceptaría asumir dicho poder. Sin embargo, este articulo quiero enfocarlo justamente en lo contrario, en SOLTAR.

Cada año nuevo que empieza nuestro enfoque está en los nuevos propósitos, en todo lo que vamos a hacer y conseguir, los nuevos hobbies que vamos a practicar, o los cursos en los que podamos matricularnos.

Se nos llena la mente con mil ideas y objetivos, los cuales tan solo, y quizás con suerte, la mitad o menos llegaremos a cumplir.

Me gustaría plantear el concepto contrario desde la experimentación propia y en muchas ocasiones, con resistencias a dejar atrás, pero sin duda, desde la sanación y la fluidez. Te invito a que reflexiones, con esta lectura, a pensar en todo lo que realmente podrías soltar de este año que acaba de terminar.

Si no te has dado la oportunidad de pensarlo es importante que ahora, que iniciamos nuevo ciclo, lo lleves a cabo.

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Soltar implica justamente todo lo contrario a lo que has podido leer al inicio. Implica abandonar, fluir, perder, dejar atrás, limpiar, tirar, oxigenar, relajar, permitir, liberar, dejar ser… como ves, son verbos que si te permites leer en alto y tomar conciencia de tu cuerpo puedes experimentar diferentes sensaciones al verbalizarlos.

Son conceptos que en nuestra sociedad no suelen gustar demasiado, porque según el contexto, tienden a estar relacionados con la falta de éxito y eso no nos gusta.

Volviendo al cuerpo, este ejercicio que aquí te planteo para comenzar este 2022, es justamente para conectarte a ti y a tu templo, es decir tu cuerpo. Pero sin duda alguna desde el sentir más ligereza, de parecer que pesamos menos y soltamos peso de la mochila emocional de recuerdos quemando etapas para dar permiso a las nuevas.

Cuando realmente estamos dispuestos a dejar ir, a soltar y a permitir que la vida suceda, estamos conectándonos al movimiento del universo y a dejar que llegue aquello que hemos pedido tiempo atrás.

Crecer implica moverse, aunque nos resulte incómodo en ocasiones, ya que implica mucho esfuerzo para nuestra mente a la que no le gustan los cambios, pero si en los cierres de ciclo miramos en primer lugar qué debemos dejar para poder seguir avanzando, cuando retomemos objetivos y deseos lo haremos desde la consciencia de saber que estamos creciendo.

Bailas?

Autora de la Trilogía ¿bailas?

Formadora y mentora de motivación y liderazgo a través del baile @stefaniaariasbailas

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