¿Somos conscientes de como nuestras EMOCIONES y nuestros PENSAMIENTOS afectan a nuestro cuerpo?
Al final nuestro cuerpo es el reflejo de nuestras emociones y de nuestros pensamientos.
Me encanta la fórmula de INTELIGENCIA EMOCIONAL, que cuando la aplicamos podemos elegir cómo sentirnos.
EMOCIÓN +PENSAMIENTO = SENTIMIENTO
Está claro que las emociones no las podemos cambiar, son universales para todos y en todos los tiempos. De hecho son un mecanismo de supervivencia.
Qué hubiese sido de la especie humana si el cavernícola no hubiese sentido la emoción del miedo frente a la fiera…
Con este ejemplo vemos que no podemos clasificar las emociones como buenas ni como malas, todas tienen su cometido.
Las emociones funcionan a nuestro favor, y para entenderlo de una forma fácil me encanta usar la metáfora del piloto de la gasolina en el coche; cuando se enciende nos está diciendo que queda poca gasolina, y en nuestras manos está gestionarlo acudiendo a la gasolinera, pero si hacemos caso omiso nos quedaremos tirados por la carretera por falta de gasolina.
Pues lo mismo pasa con nuestras emociones si las gestionamos, estará perfecto porque los resultados serán satisfactorios, pero si por el contrario las ignoramos nos pasarán factura.
Toda emoción no gestionada se queda atrapada en el cuerpo y se somatiza en forma de enfermedad: una ansiedad, una dermatitis, una rinitis…
Porque al final cualquier “síntoma de salud” es un MENSAJERO que viene a decirnos algo a la vida.
Hay seis emociones básicas:
Alegría, miedo, enfado, sorpresa, tristeza, asco
Si aplicamos la fórmula de
(EMOCIÓN+ PENSAMIENTO = SENTIMIENTO)
Cuando nos llega una emoción si le damos pensamientos negativos reiterados, generamos, como una olla a presión de negatividad, que acaba generando una CARGA EMOCIONAL.
ALEGRÍA sería la euforia,
MIEDO sería el terror o el pánico,
ENFADO sería la ira o la rabia,
SORPRESA sería la obnubilación,
TRISTEZA sería la depresión,
ASCO sería la intolerancia.
Esto sería el caso en el que no somos capaces de asumir, ni de responsabilizarnos de nuestra vida, o sería como “ponernos en el peor de los casos”, en el estado de víctima, en la actitud de “pobre de mí”…
Pero si a esa EMOCIÓN le damos PENSAMIENTOS (positivos, de amor, de empatía, de compasión) el SENTIMIENTO siempre será bueno.
Así que conociendo esto, tú ¿cómo quieres sentirte?
Mi recomendación es:
“PONTE SIEMPRE EN EL MEJOR DE LOS CASOS”
“PONTE SIEMPRE EN EL MEJOR DE LOS CASOS”
