DIENTE DE LEÓN Y FELIZ ANIVERSARIO

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Hace poco más de un año, mi estimada Laura Escribá me hizo partícipe de un precioso proyecto. Muy ilusionada me contó que junto a Martha De Armas iban a lanzar una revista digital, Brillantes Sensaciones.

El primer número salió en Julio del 2021. Durante este año, Brillantes Sensaciones ha ido volando como si de un Diente de León se tratara, llevando a cada lector@ un pedacito de tod@s nosotr@s a través de artículos, consejos y opiniones. Nuestra labor es ayudar, entretener y hacer la vida más llevadera a todos los corazones donde entramos.

Personalmente, es todo un lujo dar una pequeña pincelada de color a este lienzo, gracias por darme esta oportunidad y confiar en mí. ¡Feliz aniversario y a seguir sumando!

                      DIENTE DE LEÓN

En un hermoso bosque mágico, al lado de un río cristalino, bajo un frondoso árbol vivía Diente de León.

Todas las mañanas saludaba al Sol, mostrándole su mejor sonrisa. Diente de León era feliz rodeado de bellas y coloridas flores. Cuando el Sol más alto estaba y más calentaba, las mariposas volaban entre las flores con sus bellas alas abiertas danzando alrededor de él.

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_ Ohhh!!! Desearía ser como vosotras y volar para poder ver este precioso bosque (les decía constantemente.)

_ No debes preocuparte por eso._ (contestaban las mariposas) _ algún día podrás volar como nosotras!!.

Diente de León no entendía porque le decían eso, él era simplemente una mala hierba amarilla, agarrada a la tierra con finas y profundas raíces.

Al atardecer, con el Sol escondiéndose y la Luna asomando, una suave brisa balanceaba al Diente de León.

_ Esto es lo más parecido a volar qué haré nunca.(pensaba un poco triste).

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Cuando la Luna brillaba y se reflejaba en el precioso río, Diente de León se cerraba e inclinaba para saludarla. Cada noche le pedía el mismo deseo…poder volar!

_ Oh! Mi bella hermosa Luna, tú que brillas tanto y tu luz embellece todo el bosque, ¿me serías capaz de conceder este deseo?_

Pero la Luna nunca contestaba, sólo brillaba y brillaba con más intensidad.

Era entonces cuando más triste y solo se sentía Diente de León…. Pero poco duraba su soledad, ya que decenas de Luciérnagas acudían a revolotear y brillar junto a él para calmar su tristeza.

_ Gracias mis lindas Luciérnagas por venir cada noche a saludarme y contarme historias de Ninfas y Duendes del bosque.

_ Pero no son historias.( le contestaba una Luciérnaga)_ Es cierto todo lo que te contamos!

Y es que cada noche las Luciérnagas, acudían a contarle a Diente de León que en lo más profundo del bosque, vivían Ninfas y Duendes en sus Tejacasas, sí, TEJACASAS. Os contaré dónde están y cómo son.

Muy adentro del bosque, hay una pequeña llanura cubierta de grandes árboles que florecen todo el año, se llaman LAPACHOS.

Bien, pues bajo estos floridos árboles, hay una pequeña Aldea de Ninfas y Duendes que viven en hermosas Tejacasas. Son Tejas muy antiguas, pero muy bien conservadas.

Todas tienen sus ventanas con cortinas, confeccionadas con bellos hilos de platas especiales y trabajadas en bonito macramé. Su puerta también posee dicha cortinilla y tienen preciosas plantas que florecen constantemente. Al lado de la puerta suele haber un pequeño botijo, que siempre está lleno de agua fresca para las visitas. Arriba, casi tocando el techo, tienen un farolillo que cada noche queda iluminado por un par de Luciérnagas, que se van turnando para poder ir a visitar a Diente de León.

_ Pero… entonces es cierto lo que me contáis?_

_ Por supuesto!( exclamaba alguna Luciérnaga). Las Ninfas están deseosas de poder conocerte, y los Duendes andan convenciendo a la burrita Panchita, para venir montados en ella y pasar desapercibidos._

_ ¡ Pero eso sería fantástico! (gritó Diente de León.) _ Jamás he conocido a ninguna Ninfa ni Duende del bosque._

_ Bien, pues no se hable más, nosotras nos encargaremos de que este encuentro sea posible.( dijeron sonrientes y muy brillantes las Luciérnagas).

Sin embargo, pasaron los días con sus noches y Diente de León empezó a preocuparse, ya no podía saludar al Sol, había envejecido y su flor amarilla era ahora un puñado de pelusa. Llegó un fuerte viento que balanceó con furia a Diente de León….de pronto empezaron a soltarse sus pelusas y voló por todo el bosque.

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_ Por fin! Por fin puedo volar!!!( Gritaba emocionado).

Y voló, voló sin saber dónde iba … .pero empezó a sentirse cansado y lentamente fueron cayendo sus pelusas, posándose en diferentes lugares.

_ Éste es mi fin…(se dijo entristecido)

Pasaron los días y las semanas…

Una cálida mañana, una  Ninfa al salir de su Tejacasa observó una flor jamás vista en una de sus macetas. Se acercó con cuidado y mucha curiosidad, cuando mágicamente oyó…

_ ¿ Dónde estoy? ¿Qué es este hermoso lugar?_

_ Ohhh!!( Exclamó la Ninfa), una flor que habla! Qué bonita eres con ese amarillo tan intenso_

_ ¿ Quién eres tú? Yo soy Diente de León._

_ ¿ Diente de León?!! Yo soy una Ninfa del bosque, que alegría tenerte en mi casa!, las bellas Luciérnagas nos hablaron mucho de ti, estábamos ansiosos de conocerte._

_ Entonces….¿ eres una Ninfa de verdad? Y esta hermosa casa, ¿ es tu Tejacasa? (Preguntó Diente de León) Qué alegría más grande!, es cierto todo lo que me contaron de ti, de los Duendes y de vuestras Tejacasas mágicas._

La Ninfa comunicó a todos los habitantes de la Aldea su maravilloso descubrimiento, y cuál fue su sorpresa al ver que en todas las Tejacasas había un Diente de León.

Organizaron una fiesta, donde no faltaron las mariposas, las Ninfas, los Duendes y por supuesto la burrita Panchita, que llegó rodeada de Luciérnagas a la luz de la Luna.

Diente de León se sintió más feliz que nunca, por fin consiguió su sueño de volar, y lo más importante, había sembrado miles de semillas en el lugar más bello del bosque. Fue entonces cuando entendió las palabras de las mariposas, siempre podría volar, ya nunca más se sentiría solo, y sabía que su vida sería eterna.

     Montse Guai.

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