EL FRASCO DE CARAMELOS
Somos como esos frascos
cargados de caramelos
unos ácidos, pegajosos,
otros, dulce terciopelo.
Confundidos allí dentro
trastornados, sin encuentros
están los que se la aguantan,
y los perdidos del resto.
Son de mil y un colores
formas varias,
transparentes que se quiebran
otros, de blandos lamentos.
Los eligen sin pedirlo,
los mastican sin aliento
llenan de calma el momento
paso breve es el encuentro.
Dulce y peligrosa armonía
diferencias allí apretadas
en ese frasco de caramelos
diversidad ensamblada.