EL FRASCO DE CARAMELOS

 

Somos como esos frascos

 cargados de caramelos

 unos ácidos, pegajosos,

 otros, dulce terciopelo.

 Confundidos allí dentro

trastornados, sin encuentros

 están los que se la aguantan,

 y los perdidos del resto.

 Son de mil y un colores

 formas varias,

 transparentes que se quiebran

 otros, de blandos lamentos.

 Los eligen sin pedirlo,

 los mastican sin aliento

 llenan de calma el momento

 paso breve es el encuentro.

 Dulce y peligrosa armonía

 diferencias allí apretadas

 en ese frasco de caramelos

 diversidad ensamblada.

Facebook
Twitter
LinkedIn

Deja un comentario