EN LA PIEL DE UNA PERSONA TRANS

EN LA PIEL DE UNA PERSONA TRANS

En este artículo, os voy a mostrar la vida de una personita muy especial; mi primo Aarón, que se declara en la actualidad “transgénero”.

Empecemos por el inicio. Mi prima Sheila, era alegre, juguetona y bromista, y brillaba en todas las fiestas familiares. Desde muy chiquitita, marcó diferencia. Se le notaba que predominaban gustos masculinos en su esencia. No se identificaba ni con el pelo largo, ni con vestidos ni con juegos típicos de las niñas. Y ahora voy a contar lo difícil que fue llegar a ser Aarón.

Aarón se dio cuenta de que quería ser un chico desde muy joven, con 10 años. Conforme pasa el tiempo se acentúa ese sentimiento y va provocando frustración en él, puesto que por mucho que llore, sigue siendo una chica; y en ese momento, no sabía cómo revertir esa situación. Le fue muy difícil aceptar que tenía cuerpo de chica y que se desarrollaba de una manera diferente de los chicos. Pasó mucha ansiedad y esto le provocó pensamientos de autolesión y bulimia, a causa del sobrepeso que tenía y la necesidad de verse con un cuerpo sin curvas.

Ni que decir que los siguientes años hasta que cumplió los 15 años, sufrió prácticamente en soledad. Hasta que se lo cuenta a sus amistades. Su mejor amiga fue la que le dio el soporte de continuar y le ayudó a lanzarse a contárselo a sus padres. Los dos fueron a escondidas a una asociación, Candelas, con educadores sociales que ayudan a personas del grupo LGTBI. Después se lo contó a su madre y a su hermana, que desde el principio le apoyaron en todo. Su madre, Ana, estaba orgullosa porque su hijo tenía claro lo que quería ser, y tuvo la suficiente confianza para contarlo. Pero por ignorancia hacia el tema no sabían cómo ayudarlo. Su padre no sabía nada porque al sacar la conversación, le costaba aceptarlo. Tuvieron varias discusiones en casa, porque no aceptaba que no era “Sheila” sino “Aarón”; se sentía muy impotente. Llegaron las navidades y le hizo una carta a su padre explicándole todo lo que sentía. A partir de ahí, lo entendió, y fue el primero en apoyarlo en todo. Se informó sobre las operaciones, y le dieron esa sorpresa. Llegó un día de la playa, y al darle la noticia, se puso a llorar de la felicidad que sentía.

Un desenlace muy feliz, ¿no creéis?

Entrevistando a mi primo para realizar este artículo, recuerdo que me dijo:

“Después de tantos años esperando esto, cuando por fin tienes el apoyo de todos los que te quieren, y ves que el último paso que te falta es la operación, te sientes muy agradecido. Solo me quedaba ese empujón y ya sería Aarón al 100%.”

Esas palabras hicieron que despertara en mí tanta empatía, que me puse completamente en su piel y solo podía sentir admiración.

Salió del armario delante de toda la familia: “Mis padres anunciaron a mi familia que tenía que decir algo. Recuerdo estar llorando y todo el mundo se puso a aplaudirme y a decirme que les parecía genial.”- confesó Aarón.

El 19 de noviembre de 2019 fue con su madre al Trànsit, para hormonarse. Le hicieron una entrevista y le preguntaron cómo me sentía, como se describía, y hasta qué grado de masculinidad quería llegar. Le mandaron una receta y se lo llevaron al médico de cabecera. Entonces, le apuntaron a una asociación de gente transexual, y realmente aquello fue una liberación para él. Se apoyaban unos a otros, y ahí los padres se daban cuenta de que no estaban solos, y muchos venían a buscar ayuda porque estaban desorientados.

La hormonación supuso un proceso delicado para él. Le hacía estar más acelerado e irascible, e incluso le costaba abrirse y llorar. Todos estos efectos secundarios de la medicación le hacían tener muchos bajones, pero todo fue viento en popa cuando empezó a notarse resultados. Le creció mucho el bello en todo el cuerpo, y la zona del mentón se le puso más robusta. Su voz se agravó, y tuvo redistribución corporal, es decir, las caderas dejaron de ser tan pronunciadas y el volumen de la espalda aumentó.

“Pequeñas cosas insignificantes que para mí han supuesto muchísimo”- afirmó.

En los inicios de su proceso, tuvo problemas con la directora del instituto. Él quería poner Aarón en los exámenes y que le llamaran así, pero no le

dejaban. Sus profesores le llamaban Aarón a escondidas, porque la directora no lo permitía. Empezó bachillerato dándose a conocer como Aarón. Desde el primer momento tuvo apoyo por parte de los profesores y de los compañeros. Dejó claro quién quería ser él y que le aceptasen tal y como era.

Una de las cosas que tenía más curiosidad por saber, era cómo se lo hace mi primo con los baños. Y es que, antes del tratamiento, iba al baño de chicas, aunque se colaba a veces en el de chicos sin que nadie lo viera. Ahora, se va turnando.

“Una vez fui al baño con dos amigas en el recreo. Había una trabajadora de la limpieza que no le parecía bien que estuviera ahí, decía que era hombre y tenía que estar él en baño de hombres. Me agredió verbalmente y no me dejó explicarme. Llamó a seguridad y me querían expulsar.”- confesó Aarón.

El año que viene se hará una mastectomía, que consiste en retirar las mamas. En referente a la cirugía, quería puntualizar el gran esfuerzo económico de la familia: 5.594€; y el tratamiento: 66 céntimos dos pinchazos.

Un día estaba con toda mi familia. Mi tía Ana me estaba contando lo de la operación y recuerdo que me dijo: “Por un hijo se hace lo que sea”. Entonces, miré a mi primo y pensé: “Tiene suerte de tener esta familia”.

Y es que, no solo les ha supuesto un esfuerzo económico. Han tenido que lidiar con el no saber dónde pedir ayuda, el miedo de que el tratamiento afectara a la salud de su hijo o que le pudieran agredir físicamente por el simple hecho de ser trans. Pero a pesar del miedo, están felices porque su hijo ahora es feliz.

Aarón y su madre se ofrecieron a ser entrevistados, y debo decir que disfruté mucho haciendo su entrevista.

Como el título de este artículo lo indica, mi objetivo es que os metáis en la piel de las personas trans y sus familias, y que os dejéis llevar por todo los sentimientos que tienen durante el proceso.

Por último, os dejo con el consejo que Aarón da para personas que están en su misma situación:

“Aconsejo que la gente busque apoyo y ayuda, que sigan siempre sus sueños y objetivos y que sean fuertes mentalmente, porque esa fortaleza será la que te hará tirar para adelante sin importar las dificultades de tu alrededor”.

Escribo este artículo para dar visibilidad a un colectivo que sigue siendo muy discriminado y seguiré dándoles voz a las personas que lo necesiten.