A lo largo de la vida, nuestro cuerpo sufre cambios importantes desde que nacemos en todas las etapas de desarrollo. Cuando somos niños no nos damos cuenta de lo importante que es cuidarnos, pero a medida que pasa el tiempo nos vamos concienciando.
Cuando era una niña me encantaba jugar y hacer deporte (cosa inherente prácticamente a todos los niños del mundo), pero lamentablemente mi familia no tenía recursos económicos para poder solventar los gastos que podía suponer una actividad deportiva, más allá de la actividad física que podía realizar en las calles de mi querido barrio.
Así fue transcurriendo mi niñez y adolescencia feliz y de la cual no reniego, aunque como explicaba anteriormente, sin posibilidades de realizar una actividad de forma federada o con un sistema de entrenamiento determinado representando a una institución o asociación.
Es por ello por lo que cuando decidí estudiar una carrera después de acabar mi periplo educativo por la enseñanza obligatoria (en Argentina era hasta 2do de Bachillerato), me incliné por INEF.
Soy licenciada en Educación Física hace 23 años y desde entonces me dedico desde diferentes perspectivas plenamente a enseñar a la gente a cuidar su cuerpo, desde la infancia hasta la 3ra edad.
Te preguntarás:
¿porqué es importante cuidar el cuerpo?
Nuestro cuerpo es una máquina que se oxida, hay que alimentarlo y mantenerlo activo en todas las etapas de nuestra vida, respetando las necesidades y limitaciones de cada uno. Además, la práctica deportiva tiene beneficios tanto físicos como psicológicos.
Realizar ejercicios de forma rutinaria, ayuda a prevenir enfermedades, a mantener el peso corporal siempre que se acompañe de una alimentación sana, mejora la resistencia física, nos ayuda a dormir mejor, mejora la autoestima, la sociabilidad, el estado de ánimo, así como el bienestar en general, entre tantos otros.
Es conveniente, empezar la actividad de forma progresiva, cada persona debe adaptar la actividad a sus necesidades y tiempos. La actividad de cada uno debe ser personalizada. Es importante saber, que cualquier actividad es más que no realizar ninguna. Lo importante es saber elegir la actividad que queremos realizar, que sea divertida y nos dé ganas de volver, que tengamos entusiasmo no sufrimiento. Hay que buscar una actividad que no sea aburrida, hoy en día son muchísimas las alternativas, en agua, suelo, clases suaves, con mayor o menor intensidad que nos permiten encontrar y elegir el ejercicio que más se adecue a nuestras necesidades.
Uno de los problemas más graves que nos encontramos hoy en día los profesionales de la Educación Física es la vasta y de fácil acceso información de la que dispone el público en general. Es así como, muchas veces, encontramos personas que deciden auto gestionar de forma individual su propia actividad o entrenamiento sin el asesoramiento de un profesional llegando así a sufrir consecuencias que a veces presentan problemas graves de salud (lesiones, frustraciones, sobreentrenos, etc.).
Es muy importante por lo tanto buscar asesoramiento adecuado y, si tenemos un problema de salud, consultar al médico antes de realizar la actividad física que hemos elegido. A veces, no todas las actividades van unidas a nuestras dolencias.
La práctica deportiva nos ayuda a envejecer en buenas condiciones. La edad no es impedimento de realizar ejercicio físico. Todos podemos disfrutar de la actividad física. Desde pasear el perro, caminar con la familia hasta ir a comprar en bici son formas de comenzar a hacer práctica del ejercicio.
Por lo tanto, si no estás haciendo ninguna actividad física, te animo a que empieces a planteártelo. Busca actividades que te llamen la atención y pruébalas.
Cualquier actividad física que realices, dentro de tus registros, será beneficiosa para tu cuerpo y mente.
Ya lo pregonaban en la Antigua Grecia:
“SI QUIERES UN ALUMNO RAZONABLE E
INTELIGENTE ENTRÉNALO PARA
SER FUERTE Y SANO”
