LA GRATITUD ANTE EL DUELO 

La vida en sí es una experiencia que debemos agradecer todos los días. Pocas veces tomamos conciencia que tenemos un día de llegada, nuestro nacimiento, y un día de partida llamado muerte.

Me gusta dibujar en mi mente que la muerte solo es un globo en forma de corazón que asciende hacia el cielo para volar hacia su verdadero hogar “volver a casa”. Cuando vivimos de cerca la partida de un ser amado es cuando realmente nos damos cuenta de que la vida es efímera “que hoy sí, mañana no lo sé”. Que la vida terrenal no es para siempre y que es un regalo divino que nos ofrece el universo todos los días.

Tengo la impresión de que estamos muy distraídos, entretenidos con un mundo de cosas poco importantes y la muerte nos hace reencontrarnos con lo que realmente tiene valor. En la rutina diaria damos por hecho todo lo que forma parte de nuestra vida: una familia, un hogar, tener buena salud, amigos, etc. Y nos olvidamos de dar las gracias por todos estos presentes.

Cuando empiezas a DAR GRACIAS A LA VIDA, por todos los regalos que hemos recibido de nuestro ser amado durante todo el tiempo que hemos compartido con él, empezamos a tener abundancia de amor en nuestro presente. El hecho de estar vivo y experimentar el regalo de la vida es un inmenso honor. Cada nuevo día está lleno de nuevas posibilidades y oportunidades para volver a comenzar. Es normal que durante un tiempo nuestro corazón esté triste, porque hay mucho dolor delante de la pérdida, porque la persona que amamos ha marchado físicamente, ya no podremos abrazarlo, ni compartir nuestras celebraciones, ni tener nuestras conversaciones, pero hay algo que nos une y es tremendamente SANADOR, Y ES EL AMOR.

LA GRATITUD ANTE EL DUELO  1

Bajar la mente al corazón y empezar a aceptar que todo lo ocurrido es real, que no hay marcha atrás, y que es el primer paso hacia la transformación del dolor en amor. El amor y la gratitud hacia este ser nos vuelve a unir, solo tenemos que cerrar los ojos y visualizar los buenos momentos compartidos, pero lo tenemos que hacer desde la gratitud y no desde la ausencia y el duelo. La gratitud es mágica, ella tiene el poder de centrar nuestra atención en las cosas buenas de la vida y de esta forma sanar nuestra alma.

Una forma muy bonita de vivir un duelo es agradecer a nuestros seres amados que nos hayan escogido para experimentar su existencia aquí en la tierra con nosotros.

La expresión natural ante este acto de gratitud hace que nuestro corazón se llene de amor. Cuando la sentimos en nuestro corazón y la expresamos, este se abre y nos permite experimentar aún más amor. A partir de este momento ya no hay marcha atrás, ya que estás construyendo una nueva realidad de alta vibración basada en estos dos grandes valores que son el AMOR Y LA GRATITUD. A continuación, es cuando das libertad desde tu alma a tu ser amado para que vuelva a “su hogar” y empiezas a sentir una paz inmensa en tu interior.

Por lo tanto, es esencial cultivar una actitud de agradecimiento, porque la gratitud también tiene la virtud de conectarnos con la abundancia y generosidad de la vida. LA GRATITUD ES UNA ACTITUD POSITIVA ANTE LA VIDA. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS

Facebook
Twitter
LinkedIn

Deja un comentario