LOS BENEFICIOS DE LAS ESCUELAS BOSQUE
Mucho hemos hablado de qué es una Bosquescuela, de lo importante que es salir al aire libre con los niños o de cómo nos beneficia el contacto con la naturaleza. Pero, en términos concretos, ¿en qué beneficia a los niños y las niñas estar matriculados en una Escuela Bosque?
A continuación lo detallamos.
Hay tres tipos de desarrollo óptimo que se dan cuando ubicamos a un niño o niña en edad de entre 3 y 6 años en la naturaleza a diario.
El primero, y en el que más nos fijamos los padres y madres, es el desarrollo cognitivo. El lenguaje, la creatividad, la capacidad de resolución de problemas, la concentración o la memoria se ven potenciados cuando se dan en el entorno natural. Y no digo “se trabajan”, digo “se dan” porque ahí reside una de las mayores fortalezas de una escuela al aire libre. Las aptitudes que tanto valoramos en nuestros niños no se trabajan de forma aislada, esté o no el alumno interesado en ese momento o trabajándolo simplemente porque “toca” en el horario de hoy. Sino que se dan naturalmente, cada día, a cada momento de la forma más cotidiana posible.
Por ejemplo, cuando un niño corre por un terreno desigual requiere por su parte una alta capacidad de concentración en aquello que está haciendo, dónde está pisando y cómo se está moviendo ya que su seguridad se convierte en una prioridad. De esta manera, los niños aprenden de forma natural a poner atención en aquello que hacen. Los cinco sentidos se activan.
De la misma forma se activa la parte lingüística del menor cuando deben dotar a un simple palo de características especiales para explicar a los compañeros que eso con lo que están jugando no es un simple palo, es una cuchara mágica de madera que con su extremo redondeado es capaz de convertir sapos en dragones. Y así, de nuevo de forma natural, los niños y niñas aprenden a usar el lenguaje de una manera precisa, desarrollando su capacidad lingüística y comunicativa.
Peter Häfner, de la Universidad de Heidelberg, llegó a la conclusión de que en el primer curso de educación primaria los alumnos provenientes de escuelas infantiles al aire libre prestan más atención en clase, se expresan de forma más precisa, argumentan mejor su opinión y son más independientes a la hora de hacer los deberes en casa.
Pero la cosa no queda ahí. Existen otros beneficios igual de importantes a nivel social. El sentido del respeto y de la responsabilidad se dan a diario en el trato con los compañeros, la maestra y también con el entorno. Se despierta su conciencia social respecto al grupo, y se refuerza el sentido de pertenencia y de significancia, dos necesidades que todo niño debe sentir cubiertas. ¿Por qué? porque en la naturaleza no hay lugar para el individualismo, la competencia o el “ser el primero”. Al contrario, a medida que los niños y niñas se habitúan al entorno natural y a su ritmo calmado, los valores que surgen son el de compañerismo (juntos llevan a cabo proezas más retadoras y divertidas), el de la ayuda (me siento útil cuando un compañero me requiere para cruzar un riachuelo y yo puedo ayudarle) o el del trabajo en equipo para llevar a cabo una investigación por el entorno. De esta forma, y por si fuera poco, es como se previene el acoso escolar. A partir de la satisfacción de necesidades auténticas, el aumento de confianza y seguridad en uno mismo y la autoestima, el modelo de las Escuelas Bosque previene situaciones de riesgo donde algún niño pudiera sentirse apartado del grupo.
Y esto son solo dos tipos de desarrollo que se ven beneficiados por las metodologías de las Escuelas Bosque. Pero no cabe duda que otro de los grandes ámbitos recompensados es el que tiene que ver con el desarrollo físico. Hablamos de una psicomotricidad mucho más trabajada, un sentido del equilibrio más desarrollado, una prevención de la obesidad infantil o un sistema inmunológico reforzado.
Todos hemos estado en la naturaleza y hemos sentido cómo esta nos dota de calma, de fuerza y de bienestar. ¿Qué no hará en nuestros niños y niñas si les permitimos acercarse a ella más a menudo?
