LOS NIÑXS Y EL ORDEN

Si “googleas” esta frase podrás encontrar esta definición: Educar a los niñxs en el valor del orden.

El orden es la acción de dejar las cosas en el lugar que les corresponde. Desde la infancia, lxs niñxs deben aprender el valor de ser ordenados, y es en estas primeras etapas de la vida, cuando es más importante educar al niñx para que ordene sus cosas.

Hasta aquí fácil y bonito, pero vamos a la realidad, en su mayoria:

Los niñxs, no recojen, no ordenan y no limpian

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Y ¿POR QUÉ?

Ahí es donde vamos a entrar, para conseguir buenos hábitos, debemos tener buenos ejemplos, lxs niñxs son imitadores, todos sabemos ya a estas alturas que se aprende por repetición y por imitación, Así que lo mejor para ello es enseñarles hábitos saludables. Podemos decir que el hábito “es un mecanismo evolutivo para optimizar recursos psicológicos”.

Un hábito es un patrón automático, que hacemos sin pensar para poder hacer el máximo de cosas con el mínimo esfuerzo, es decir, para incrementar la eficiencia en el cerebro y el cuerpo.

Cualquier hábito está formado por tres componentes:

• una señal o aquello que activa el hábito,

• una rutina, que es lo que hacemos en el hábito,

• y una recompensa, que es aquello por lo que nuestro cerebro sabe que vale la pena realizar ese hábito.

Claro, los que tenemos hábitos somos los adultos y es por eso que si no queremos que nuestros hijos repitan los patrones y malos hábitos que hemos adquirido vamos a enseñarles nuevas formas de actuar y educarlos con valores. En primer lugar, con el ejemplo.

Los niñxs a partir del año y medio de edad a los dos años necesitan orden en las cosas externas, para poder comprender e interiorizar el mundo que le rodea. Por tanto, esta sensibilidad por el orden se da en el niñx en modo de dos vertientes: uno exterior en cuanto a las relaciones entre el niñx y el ambiente, y uno interno que da sentido a las partes del cuerpo que actúan en los movimientos y sus posiciones.

A partir de esta fase el niñx está organizando un esquema mental sobre el funcionamiento del mundo, está construyendo su lógica y su pensamiento racional. Por ello, reproducir un orden en su ambiente le ayudará a organizar su mente y extraer conclusiones firmes sobre cómo funciona el mundo. Esta mente matemática, razonadora y lógica se consigue reproduciendo un orden en cada uno de los entornos en los que se desenvuelve el niñx. De esta manera, un entorno en el que se trabaje el orden le proporcionará confianza, seguridad, constancia, rutina y concentración. «Educar a nuestrxs hijxs en el orden es un aspecto sumamente importante por sus múltiples implicaciones en la vida y porque es esencial de cara a plantear un proyecto de formación integral para una persona».

¿Cómo influyen las rutinas en el orden interno del niñx?

La organización de los momentos más significativos del día en rutinas ayuda a crear seguridad en el niñx, le orientan, evitan y previenen muchas rabietas porque saben con antelación lo que va a suceder después, y en consecuencia dan autonomía. Además, contribuyen a que comprenda los ritmos vitales, permitiéndole producir un orden mental y a tener una organización temporal.

Para poder organizar este ritmo diario del niñx es necesario tener constancia en las rutinas e intentar no meterle prisa, anticipando las transiciones y las tareas que va a realizar. Es básico hacer rutinas fáciles, y poco a poco integrarlas como un hábito que a la larga será algo rutinario, instintivo y les ayudará a llegar a esa meta que queremos conseguir.

Por último, aunque nuestro horario será flexible lo importante será seguir hábitos en el orden en lxs niñxs (ej.: primero levantarse, después desayunar, por último vestirse). Para facilitar este proceso podrían utilizarse tarjetas de apoyo visual, ya sea en los hábitos o en el orden.

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Consejos prácticos para conseguir el orden con los niñxs:

Será necesario crear un ambiente preparado y sin obstáculos que permitan al niñx el movimiento libre y el aprendizaje a través de sus propias experiencias y del ensayo-error.

Por ello, evitaremos guiar la atención del niñx hacia materiales que interesen más al adulto que al propio niñx, sin dar lugar a la libre elección del pequeño. Además, les daremos algunas normas básicas acerca del cuidado del material y de recoger el material una vez que la actividad ha terminado antes de sacar otro. (Anticipandonos a la campaña de reyes podemos pensar en estos consejos.)

-Retirar aquello que ya no les estimula o ya no usan. (buscar una manera de que otros niñxs lo aprovechen si está en buenas condiciones)

-Conocer realmente aquello que les va a estimular o que lo van a disfrutar, no todos los juguetes “sirven”.

– Materiales y juegos siempre al alcance y la vista del niñx. Juguete guardado, no se utiliza.

– Dispondremos de los materiales en un orden y a una distancia, sin amontonar ni saturar el ambiente.

– Cada material se presenta contenido en una cesta, bandeja o caja que el niño/a pueda transportar fácilmente. – Ordenaremos el material según el área al que corresponda (vida práctica, sensorial, lenguaje, etc. ) e intentaremos que los emplee todos, es bueno que diversifiquen.

– Cuidaremos la estética, construyendo un entorno estimulante de trabajo que invite a la serenidad, la paz y el amor por lo bello.

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Conclusión:

Como los monitos, la mejor enseñanza está en el ejemplo. «En todo proceso educativo lo más importante no es tanto lo que el educador dice, sino más bien lo que hace, como actúa en su cotidiano. Es evidente que no podemos hablar de orden a nuestros hijxs si nuestra casa, nuestra mente y nuestra vida son un caos. Lxs niñx no sienten el orden como lo sentimos los adultos, ya que tenemos impresiones y experiencias que nos hacen actuar de forma indiferente ante cualquier cambio que se dé en el ambiente. Sin embargo, lxs niñxs vienen de cero, sin nada y todo lo que hacen y ven a su alrededor es nuevo para ellxs.

«Cuando son muy pequeñxs no entienden por qué hay que recoger. Por eso, lo mejor es acompañarles y verbalizar lo que vas haciendo.

Por ello, es necesario tener los conocimientos necesarios para saber manejar las reacciones que tienen lxs niñxs en los momentos en los que hay algún cambio en el ambiente y se produce un desajuste en su ordenación interior. Si está cansadx, ordenar juntos puede convertirse en una actividad lúdica placentera, además el/la pequeñx sentirá que sus padres lo apoyan. Ayudarlos, pero no hacer su tarea.

Estar presentes cuando sea necesario, felicitarlos y estimularlos a través del juego, ya sea con canciones para recojer, guardando por colores, jugando con el tiempo a ver quien acaba antes o a ver quien lo coloca mejor, estimular esta labor y dejarles elegir la situación de los juguetes según sus hábitos y prácticas, buscando un equilibrio en el orden, la practicidad y la experiencia.

¿Un último consejo? «Armaos de cariño y paciencia y sabed ser flexibles cuando sea necesario. La educación es una forma de siembra, en la que no siempre recoges los frutos de manera inmediata, pero eso no quiere decir que no se vayan a dar».

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