¿Sólo eres público? ¡Pues conviértete en artista y sana!

¿Sólo eres público? ¡Pues conviértete en artista y sana!

Fotografía claudia-ramirez-_wB_eqR89b4-unsplash

¿Te gusta ir a zumba o bailar ritmos? ¿Disfrutas jugando con crealina, dibujando o armando esculturas con niños o por las tuyas? ¿Eres fanática del make up o decorar? ¿Creas tu propia bijou? ¿Cantas bajo la ducha o al caminar?

¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste?

Por pequeña que sea la vivencia artística es de las más antiguas actividades propias del ser humano conocidas.

Recordarás los jeroglíficos o manos encontradas en paredes y monumentos de todo el mundo. Y tribus de indígenas decorando sus propios cuerpos ritualizados, cantando melodías al son de tambores mientras mueven sus cuerpos rítmicamente y coordinadamente. ¿Mágico verdad?

De niños damos rienda suelta a estas experiencias y normalmente se nos van apagando conforme pasan los años.

El arte nos conecta con el mundo interno y nos permite compartirlo y reflejar.

El término expresión artística define al arte como vehículo hacia la exploración, comunicación y manifestación del contenido psíquico de la persona.

Allí se plasma su mundo emocional, psicológico y su cultura.

Si bien el arte consagrado se reserva a artistas profesionales, la expresión artística está al alcance de todos, facilita el autoconocimiento y tiene un potente poder sanador.

Ya bien lo dice el dicho popular: expresión es lo opuesto a depresión, tan relacionadas con lo habilitante/ imposibilitante.

Si nos permitimos bucear lúdicamente por elementos y formas de arte hasta encontrar aquella que nos haga sentir a gusto para establecer un diálogo profundo no verbal de nuestro ser con ellos y con el entorno, sin dudas se abre un camino de mayor libertad mental y disfrute vital.

La vivencia artística en sus múltiples manifestaciones es un poderoso inductor y protector que facilita las funciones cognitivas y al mismo tiempo contribuye a la capacidad de reserva cerebral, también llamada reserva cognitiva. A mayor reserva, mayor volumen de materia gris.

Es uno de los más valiosos presentes que podemos brindarnos y una valiosa herencia a sugerir a nuestros jóvenes.

El arte es una ya probada herramienta terapéutica que brinda la «ruta precisa» para reencontrarnos con nuestra genuina esencia.

Reanimar al niño interior adormecido que pugna por seguir brillando.

Algo estamos haciendo mal cuando por miedo  educamos cediendo creatividad y curiosidad.

Mucha responsabilidad radica en la «intoxicación» al no limitar las conexiones a redes de internet.

Si ver arte desencadena un aumento repentino de dopamina en la corteza orbito frontal del cerebro, produciendo intenso placer; crear arte «es abrirse a construir un lenguaje personal, con gramática propia, basada en una combinación de patrones únicos, cuyo equivalente psicológico es el brillo o la brillantez» (neurobiólogo Luis Miguel Martínez Otero).

Como bien decía Paul Cézanne «las charlas sobre arte son casi inútiles».

Así que te invito a visitar la artística más próxima, el centro cultural de tu barrio o simplemente a que encuentres un lugar cómodo en tu living con música o papel para escribir y crees esa fantástica experiencia sanadora.

Mereces ofrecer tu belleza, el mundo está ávido de ella y del brillo que reflejan almas sedientas de amor continuo como la tuya.

Por sobre todo el arte es amor (=sin muerte).

A por ello como dicen ustedes cuánto antes y Olé, luego me cuentas. Siente un abrazo danzarín y con brillantes sensaciones artísticas.

Viviana Villanueva

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5 comentarios en «¿Sólo eres público? ¡Pues conviértete en artista y sana!»

  1. Buena ides! Movilizar los recursos interiores sobreguardados durante la pandemia es una invitacion a salir de la cueva!! Es un convite de vida! Felicitaciones por generar salidas del encierro!

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  2. Hay veces que soy público y otras artista , según en cual momento esté viviendo. Con la audacia de cambiar de lugar con lo que lleva atreverse. Y hay veces que no se logra.

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  3. Por experiencia lo digo, el arte es cantar, o bailar, o crear con las manos, cocinar, hay tantas formas. Da placer. Soy docente ya jubilada y Vivi ese juego en forma permanente a través de los años de docencia. Tanto con los niños como con mis compañeras.
    Nunca dejé de jugar Ahora ya grande lo sigo haciendo en mis clase de zumba con pares, ya no con niños… Es un disfrute difícil de explicar, se siente… Nace solo.
    Genera una energía muy transmitible… Hay que intentarlo, por uno, por los otros

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