Tardes de Otoño

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Y llegó Octubre. Otoño nos vuelve a visitar, y con él llega el cambio de hora, las infusiones, las tardes de sofa con la mantita, las velitas encendidas…..y como no! La lectura de un buen libro.

Mientras buscaba las llaves en el bolso, Marisa no dejaba de sonreír y suspirar. Por fin iba a sentarse en su sillón al lado del fuego a tierra, encendería sus velitas, tomaría una infusión de manzana con canela, quemaría una barrita de incienso y empezaría el libro que descansaba sobre la mesa, aquel que tanto deseaba leer, ya era hora de cumplir su promesa, ya era Otoño.

Libro oyó el tintineo de las llaves, esperó pacientemente a que Marisa entrara y realizase su ritual para la lectura. Se sentía feliz, pues sabía que ella iba a cumplir su promesa de leerlo, y a la vez se sentía nervioso solo de pensar que sus manos iban a tocarlo.

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Poco a poco la fragancia del incienso, y el olor a leña fue perfumando la estancia.
Los ojos de Marisa devoraban los capítulos y sus suaves yemas acariciaban cada página.
Libro sintió los latidos de ella cuando finalizando la lectura, lo abrazó contra su pecho.
-Creo que me estoy enamorando, dijo Marisa.
-Yo también, pensó Libro mientras el calor de Marisa y el crepitar del fuego lo arropaban.

Montse Guai

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