¿Cómo le puedo pedir a mi pareja una práctica nueva sin que se enfade o se moleste o me mire raro?

¿Cómo puedo decirle lo que me gustaría probar sin miedo a que me juzgue o piense mal? 

Te propongo un juego, además es muy fácil de hacer sin que se pueda molestar y evitar el miedo a que la pareja nos rechace o el miedo a que crea lo que no es. 

Se trata de escribir una lista con distintas opciones para hacer en el próximo encuentro sexual. 

Lo que parece, en un principio, un juego sencillo de “elige dos opciones” y así calentar motores antes de meterse en faena, en realidad está comunicando nuestros intereses en experimentar algo nuevo, pero sin poner presión sobre la pareja, ni tener que dar explicaciones. 

Así que proponle jugar, escribe tu lista, comunícaselo con bastante tiempo de antelación y que se tome a su vez su tiempo para elegir una o dos opciones de la lista que le entregas, para el próximo encuentro, que puede estar programado o no. 

Y cuando os juntéis para tener sexo, le preguntarás qué opciones ha elegido. 

— Para que tu pareja se sienta cómoda, debes incluir prácticas y opciones que ya sabes que le gustan. 

— Puedes incluir instrucciones donde indique que no hay presiones para intentar nada nuevo, que se trata de un juego, que el objetivo es divertirse, etc. 

— Puedes incluso mandarle la lista por WhatsApp y programar el encuentro sexual para la próxima vez que os veáis, dándole emoción. 

— Y si os gusta y funciona, podéis cambiar los papeles y que sea tu pareja después quien te envíe su lista para que elijas. 

Tomarlo como un juego, te va a permitir hacerlo sin miedo. 

Te da miedo hablar con tu pareja de sexo 1
Photo by Dainis Graveris on Unsplash

Y ¿cómo le digo que no me gusta sin que se ofenda? 

Lo primero es entender que somos personas únicas, con gustos y preferencias únicas. Nuestro placer es distinto no solamente a otras personas, sino en distintas etapas de nuestra vida. 

Por otro lado, NO todas las prácticas deben gustarnos. Debemos entender que además, cada práctica puede hacerse de muchas formas y nos pueden o no gustar todas o solo una manera. Y hay que saber que no existen técnicas infalibles con las que derretirnos. 

Las «técnicas» llevan a lo mecánico, y lo mecánico a lo aburrido. Es normal que cuando mantengo relaciones sexuales con alguien, haya cosas que no me gusten o me den mucho placer. 

Y todo esto hay que hablarlo. 

Una cosa es que haya dificultades en la respuesta sexual y otra muy diferente es que no sientas placer con el estímulo que te dan (algo que suelen recriminarte haciéndote creer que eres rara y no ellos los que fallan). 

¿Y cómo le digo sin que se enfade? 

Pues sinceramente, si se enfada, mal vamos. Se supone que sois pareja. Que os amais. Que te hace cosas porque quiere que disfrutes y goces. Que te corras. No para que le pongas una medalla. Es para demostrar amor, deseo y atracción. No para demostrar «valía». No para reconocer lo bueno que es. 

Así que con asertividad (porque doler, duele que te digan que no gusta cuando le pones empeño), pero desde el YO y nunca desde el reproche, con cariño, se entiende fácil y se escucha. 

Puedes hablar antes y comentarle que necesitas que lo haga más despacio en algunas ocasiones, que tú le indicarás. O más suave. Darle indicaciones, pero, repito, desde el «yo necesito» y no el «tu eres malo». Y si preguntara: «¿Qué pasa, es que no te gusta?” Se va a su ego y no piensa en ti. «Pues a todas les encantaba”. No está escuchando. 

Pero la respuesta es fácil: «No cariño, no me gusta. Y no me importan las demás. Me importa mi placer. ¿Quieres acompañarme?» 

Porque estáis en vuestro derecho a reclamar vuestro placer en pareja. Y si se empecina en el «no» o se niega, poco de pareja tiene.

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