CONECTAR CON TU CREATIVIDAD BAILANDO

La conexión con uno mismo es una parte fundamental para poder tener bienestar en nuestro día a día. El desarrollo de diferentes habilidades nos hace sentir plenitud y una sensación de ser útiles nosotros, pero también para nuestro entorno.

Muchas personas no se sienten identificadas con la creatividad, ni siquiera se plantean ser personas creativas, o simplemente, como me he encontrado en alguna ocasión, lo ven como algo relacionado con hacer manualidades.

La creatividad es mucho más que todo ese concepto tan limitado, pues sin lugar a dudas, es un aspecto que todo ser humano tiene, lo que sucede es que en algunas personas está más desarrollada que en otras.

Nuestra parte derecha del cerebro es la encargada de relacionarnos con la creatividad, nos conecta con la parte emocional, y es por ello que las personas que desarrollan más la parte creativa están vinculadas al mundo artístico o tienen una sensibilidad especial. En cambio, nuestra parte izquierda responde al aspecto lógico racional.

La realidad es que todos podemos trabajar en ello para usarlo en nuestro beneficio, ya que esto nos ayuda a la hora de ser más resolutivos, de encontrar soluciones a un problema, o por el contrario a generar nuevas ideas que nos conectan a esta parte antes mencionada de sentirnos útiles.

Es algo que en los niños vemos con mucha frecuencia, porque sin duda ellos están totalmente conectados con el momento presente sin preocupaciones de qué sucederá mañana o planes de futuro, centrándose así en disfrutar de lo que su mente les puede otorgar.

Pareciera ser que con los años perdemos esta cualidad tan bella, pero no, lo que sucedes que, en parte nos la eliminan desde la educación que recibimos para ser personas “productivas y con un gran futuro prometedor” donde el hacer dicen ser la clave del éxito. Por ello lo único que tenemos que hacer es volver a despertar lo que un día se quedó dormido.

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Puede que estés pensando ¿qué tiene que ver esto con bailar? Pues muchísimo en realidad, porque lo que conseguimos a la hora de trabajar este aspecto es: parar la mente para sentir las emociones en el cuerpo, darles un sentido y un control, pero a la vez y, en primer lugar, liberarlas para limpiar la energía de nuestro cuerpo, la cual nos permite fluir y conectar directamente con nuestra creatividad.

Oxigenar nuestro cerebro mediante el baile y el movimiento nos permite observar desde otro punto de vista los problemas que podamos estar atravesando, siendo conscientes de que en la práctica del mismo y entendido como un aspecto terapéutico, vamos a poder conseguir un estado de estar presentes que nos rebaja la intensidad de nuestros problemas, conectando así con la creatividad para encontrar soluciones alternativas desde la calma.

Utilizar la danza o el movimiento del cuerpo para romper bloqueos, cambiar la perspectiva y provocar un estado intencionado de bienestar y felicidad es una de las mejores medicinas para el alma, ya que, sin darnos cuenta, nuestra rutian habitual nos absorbe hasta tal grado que nos ciega enormemente para poder dedicarnos a lo realmente importante: nuestro bienestar.

Siempre recomiendo a todas las personas con las que trabajo y me siguen que hagan esta auto terapia en casa, pues no nos damos cuenta de que la rigidez corporal influye completamente en nuestra mentalidad y creencias, y es eso lo que se traduce en el lenguaje de nuestro cuerpo y nuestra postura diaria.

Las personas más tristes en su día a día o con depresión poseen una corporalidad cerrada, cabizbaja o defensiva, ya que no sienten la plenitud de su propio ser y están desconectadas de su esencia espiritual.

Sin duda están atravesando un momento complicado que requiere de un proceso de ayuda y acompañamiento, pero otras personas que no se encuentran en estas situaciones, presentan ejemplos similares provocados por otros aspectos de su propia inseguridad o falta de autoestima, lo cual se enmascara tras maquillajes o similares llevando al engaño de la mente.

Trabajar el lenguaje corporal para ser más creativos, resolutivos y felices está en nuestra mano, pero lo primero que tenemos que entender es que debemos hacernos conscientes del punto en el que partimos. En definitiva, hacer un balance de cómo estamos para no poner parches a las diferentes situaciones cotidianas.

En mis libros, sin duda, invito a cuidar la energía de la creatividad desde el baile y con el propósito claro de que se baile para sanar y no para tapar conflictos. Es muy importante conectarse a uno mismo, ya que el ritmo de vida parece ser cada vez más acelerado y estamos siempre en el hacer como ya he mencionado antes.

Si eres una persona de acción, de estar activa, prueba a calmar la mente, a tomar conciencia de tu cuerpo mediante la respiración y pon música para trabajar el movimiento. Desde ahí deja salir todo el potencial de energía, miedos, juicios y creencias limitantes para empezar a fluir y activar tu parte derecha del cerebro. Si por el contrario eres una persona más calmada o tímida, tienes que empezar a conectar con tu cuerpo desde el mismo punto de la calma para aumentar la intensidad y llegar a un equilibrio que te haga coger confianza.

Apunta todas las ideas, reflexiones o pensamientos que te vengan durante esta práctica y ¡danza con tu creatividad artista!

¿Bailas?

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